La Junta de Castilla y León ha
aprobado una resolución que permitirá abatir 339 lobos durante las
próximas tres temporadas de caza. La medida ha sido rechazada por WWF, que la
ve injustificable puesto que se adopta un año después de que el Tribunal
Superior de Justicia de Castilla y León (TSJ) anulara tanto el plan de gestión
del lobo como los planes de aprovechamientos comarcales de las tres
temporadas anteriores. A los grupos conservacionistas les irrita especialmente
que se permita la caza en zonas donde existe un emergente turismo para ver lobos.
La Junta de Castilla y León ha
autorizado la caza de 330 lobos invocando la conflictividad social y
las quejas por los daños que producen en el ganado estos animales.
El lobo está catalogado como una
especie cinegética al norte del Duero en esta comunidad, por lo cual la
administración autonómica tiene competencias para conceder un cupo anual de
ejemplares que pueden ser abatidos por los cazadores.
El lobo, al norte del Duero, es una especie cinegética y por lo tanto
pueden otorgarse cupos de capturas anuales
No obstante, según la directiva
europea Hábitats, la gestión del lobo debe en cualquier caso garantizar el
estado de conservación favorable de la especie.
Al sur del Duero, en cambio, es
una especie protegida y no se conceden cupos de caza aunque excepcionalmente se
pueden hacer controles.
Comarcas loberas
En su resolución, la
Administración concentra la caza en 28 comarcas loberas o unidades de gestión,
repartidas por las zonas con más densidad de lobos (Zamora, Burgos, León y
Palencia).
El censo regional (del
año 2012-2013) constató la existencia de 179 manadas en Castilla y León, de las
cuales 152 estaban localizadas en los terrenos al norte del río Duero lo cual
representa que esta comunidad aporta el 60,3% del total de ejemplares en toda
España.
No obstante, el reparto de los
cupos asignado ahora tiene como punto de partida un total de 128 manadas que
han sido caracterizadas recientemente.
Las organizaciones
conservacionistas valoran positivamente que se haya producido una reducción de
las capturas autorizadas respecto a años anteriores (los cupos asignados
suponen una disminución total de 90 ejemplares respecto al trienio anterior).
La Junta delimita 28 comarcas loberas
Sin embargo, discrepan sobre el
método empleado para cuantificar el número de ejemplares por manada. La
Administración castellano-leonesa ha tenido en cuenta diversos indicios para
fijar el ratio en 9 ejemplares por manada, mientras que WWF considera que, para
delimitar con exactitud el número de manadas, debería considerarse la presencia
de cachorros (“eso es lo que hace sea una manada segura”), debidamente
documentada.
Conflictividad, daños
Luis Suárez, responsable del
programa de Especies de WWF, sostiene que la principal objeción a este
plan es filosófica. “La Junta invoca que se quiere reducir la conflictividad
que produce el lobo, pero vemos que esa conflictividad no sólo no se reduce,
sino que aumenta. Se sigue autorizando la caza del lobo sin éxito. ¿Por qué?
Porque evitar la conflictividad solo se logrará si se reducen los daños. Y eso
exige tomar medidas de prevención”, señala Suárez.
Gestión
“Evitar la conflictividad solo se
logrará si se reducen los daños, y eso exige tomar medidas de prevención”
LUIS SUÁREZ Responsable del
programa de Especies de WWF
Los grupos conservacionistas
reclaman que se adopten medidas de prevención y defensa para afrontar
los ataques del lobo al ganado; y “eso significa no sólo compensar los daños
con indemnizaciones, sino acompañar a los ganaderos y darles ayudas para que
pueden aplicar las medidas de protección”.
WWF esgrime que la Comisión
Europea ha dejado claro en una carta a los consejeros del pasado mes de febrero
que la gestión del lobo ha de centrarse en primera instancia en la prevención
de daños, y que se deben relegar el control letal para casos excepcionales.
Zonas de turismo
Del total de individuos a abatir
cada año, “el plan se ceba especialmente con las reservas regionales de caza de
Mampodre y Riaño, La Culebra y Fuentes Carrionas”, se señala.
“En estas zonas los daños a la
ganadería son mínimos y apenas hay conflictividad social, por lo que en ningún
caso hay justificación posible”, dice Luis Suárez.
“Además, la Junta no tiene en
cuenta que dichas comarcas se han convertido en los últimos años en destino
nacional e internacional de turismo de observación basado en el lobo, lo que
representa una oportunidad para la economía de dichas zonas”.
Cálculos
WWF considera, además, que para
el cálculo de estos cupos no se ha dado suficiente relevancia a la pérdida de
ejemplares por mortalidad ilegal no detectada.
En este sentido, la organización
subraya que la probabilidad de detección de casos de furtivismo y envenenamiento
es muy baja, por lo que es imprescindible incluir esta mortalidad no natural en
las estimaciones que han servido de base para los permisos.
“Por el contrario, el documento
aporta información poco concreta y nada cuantitativa sobre este asunto, lo que hace
dudar que este factor haya sido tenido suficientemente en cuenta”, añade
Suárez.
Coexistencia con actividades
tradicionales
Los conservacionistas ven prioritaria
que se ayude a los ganaderos para que adopten medidas de protección
Además, el plan utiliza para el
cálculo de la población total de lobo el número de individuos en época de cría,
sin considerar la mortalidad juvenil de los cachorros y la de los individuos
dispersantes.
Para Luis Suárez, responsable del
programa de Especies de WWF España: “Resulta decepcionante que la Junta, en
lugar de aprobar urgentemente un nuevo plan de gestión centrado en la
conservación de la especie y en la reducción de los daños, impulsando la puesta
en marcha de medidas preventivas, siga apostando por un modelo de gestión
basado en matar lobos y que además ha fracasado en los últimos años”.
Y concluye: “Reclamamos que la
Junta acabe con esta persecución e impulse un nuevo plan de gestión donde prime
el respeto por la especie y que tenga una clara apuesta por la coexistencia con
las actividades tradicionales”.
Más información:
RESOLUCIÓN de 9 de octubre de 2019, de la Dirección
General del Patrimonio Natural y Política Forestal, por la que se aprueba el
Plan de aprovechamientos comarcales de lobo en los terrenos cinegéticos
situados al norte del Río Duero en Castilla y León para las temporadas
2019/2020, 2020/2021 y 2021/2022.
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