El lobo y el perro:
Ambos animales, importantes en la mitología celta, se complementan y se oponen.
Mientras algunas diosas tienen un perro en sus rodillas, -lo que puede
relacionarse con la vida doméstica-, sin embargo el lobo representa casi siempre
algo así como una amenaza y, aunque al lobo se le asocia más con el reino de los
muertos, sin embargo no se pueden olvidar las leyendas de lobas que amamantan
niños perdidos en el bosque, numerosas en el folclore europeo. Can y lobo se
confunden. Y hasta se habla de lobos salvadores, como en el caso de San Odón,
abate de Cluny, fue atacado por un grupo de zorros hambrientos mientras iba en
peregrinación y fue defendido y custodiado por un lobo. En cuanto al perro, se
presenta en numerosas ocasiones como guardián de las puertas del día, y
entonces tiene un aspecto propicio, mientas que llegada la noche, adquiere
aspectos siniestros y amenazadores, sin embargo no hay que olvidar que el perro
acompaña al héroe durante la noche y le advierte de peligros con ladridos. El
perro, generalmente, se asocia al reino de los muertos y el lobo, en ocasiones,
al castigo de quien ha cometido grandes faltas, de suma gravedad. Un
historiador cita el caso de un grupo de lobos que se introdujo en un monasterio
para devorar, exclusivamente, a los monjes herétitos. Fue allá
por el año 617 d.
Los perros jugaban un papel muy
importante en la mitología de Gales y de Irlanda.
Arawn, señor de Annwn (el más allá galés) se
enorgullecía de poseer unos sabuesos sobrenaturales, blancos con las orejas
rojas, y el héroe del Ulster,
Cuchulainn, también tiene una estrecha relación con
los perros pues, tras matar al perro de un herrero, tiene que tomar su puesto.
En cuanto a dioses relacionados con perros cabe recordar el santuario
romano-celta de Lydney, en Gloucestershire, que estaba presidido por
Nodens,
un dios que recibía ofrendas de perros, o el ejemplo más claro de compañía
canina: la diosa marina
Nehalennia,
que presidía dos templos en la costa del mar del Norte. Las numerosas
representaciones de esta diosa que se conservan suelen ir acompañadas de un gran
perro vigilante. Esta diosa protegía a los viajeros que cruzaban este mar y
propiciaba el éxito en los negocios. La cesta de fruta que lleva en sus manos
puede significar abundancia, mienta que el perro simbolizaba la protección y la
fidelidad.